lunes, 15 de febrero de 2010

Más allá del camino

Giré mi cabeza y contemplé. Me quedé empalagado mirando hacia el punto que tanto llamaba mi atención. Quería despejar la mirada pero la chispeante luz centellaba mis ojos. Derramé consistentes lágrimas para evitar dormirme en la obligada visión. Di breves vistazos hasta que finalmente me congelé en la suave e intensa mirada.

Era una mirada abstracta, hasta se podría decir que era invisible pero a mi me atrapó, y lo único que quería hacer era dejar mi vista sólo en él. Mis oídos quedaron ensordecidos a pesar de que nada podía escuchar, por mas esfuerzo que realizara. Intenté acercarme un poco para poder tocarlo pero su consitencia no era ni sólida ni colora, así que tuve que conformarme con sentir su ardiente necesidad de no abandonarme por nada. Me puse contento cuando logré olfatear el penetrante y perfumado aroma a protección y paternidad que emanaba continuamente.

En vos se guardaban los mas lindos gestos, como una caja donde se conservan las piedras mas preciosas, pero me resultaba casi imposible comprender tanta perfección y belleza junta. No podía contenerme. Tenía ansias de conocer que era lo que se escondía detrás de todo ese espectáculo, que no parecía humano. Lo único que entendía era que me inspiraba ternura y algo más...

Porque todo esto me causaba alegría y temor me di cuenta que a quien estaba mirando era alguien eterno.


No hay comentarios: